Las 12 cornadas y 52 traumatismos ocurridos en los 8 encierros de Sanfermin 2016 han supuesto casi un record de atendidos en los diferentes centros de salud de Navarra, pero finalmente todos los heridos han recibido el alta hospitalaria y han posido regresar a sus casas con la salud medianamente intacta y con una gran historia que contar.
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Muchos heridos pero de poca gravedad
Los encierros de los Sanfermines 2016 no han sido especialmente notables por su dramatismo, ni por su espectacularidad, pero sus datos sí que reflejan tres hechos notables: con 52 han igualado el record de número de traumatismos de 1993 y sus 12 cornadas, junto con los encierros de 2001 y 2002, ocupan el segundo lugar en el ranking de mayor número de cornadas en toda la historia de los encierros de San Fermín. Su media de velocidad, se sitúa en el sexto puesto, por delante de los 2 minutos y 56 segundos del año 2004 y por detrás de los 2 minutos 46 segundos de 2011.
A cabestrazos en la plaza del Ayuntamiento
Fotos: Miguel Fernández
El peligro del último encierro de Sanfermin, protagonizado por los Miura, lo pusieron los toros sobre todo en el último tramo, justo en la entrada a la plaza, cuando se formó un pequeño y caótico montón que, sorprendentemente, se saldo sin heridos graves. Pero los cabestros también tuvieron su momento de gloria cuando uno de ellos fue peinando el vallado de la plaza del ayuntamiento.
Lío y montón en la entrada a la plaza
Fotos: Pío Guerendiáin
Los momentos de más peligro del último encierro de Sanfermin 2016 se vivieron en la entrada a la plaza, cuando se formó un pequeño montón en el callejón en el que durante unos instantes convivieron toros, cabestros y corredores en una especie de camarote de los hermanos Marx en versión taurina que, sorprendentemente, se saldó sin heridos de gravedad.
El toro que corneó a un amigo
Primer día en un trabajo de ensueño. Aquel que vive con fanatismo Sanfermin, sueña con dedicarse a inmortalizar su rastro. Los encierros forman parte de ese elenco de experiencias que rebosan de emoción durante las fiestas y para alguien que ame la fotografía, seguir su estela es casi mágico.
Miguel Fernández, fotógrafo de Sanfermin.com capturó una cogida en su primer año ocupando el vallado, pero el protagonista de esa cornada no pudo ser más desafortunado: su amigo Juan Pedro Lecuona. El toro del que fue víctima es el que trota en la bajada del callejón en la instantanea que presenta. «Ese toro colorado fue el que cogió a un amigo mío Lecuona. Fue un momento de gran impacto», explica Fernández.
Aplastado en la curva de Mercaderes
Fotos: Maite H. Mateo
La cornada del séptimo encierro de Sanfermin 2016 tuvo lugar en la entrada a la plaza del Ayuntamiento desde la cuesta de Santo Domingo, pero las imágenes más espectaculares y espeluznantes de la carrera nos las dejó el aplastamiento que sufrió un corredor en plena curva de Mercaderes. Prácticamente toda la manada le pasó por encima.
A 10 minutos
Que el encierro no es un juego es algo que todo corredor debería saber. Correr delante de los cuernos de un toro, exponerte de una manera tan directa ante un animal que perfectamente puede matarte necesita, cuanto menos, preparación. Buena parte de dicha disposición se centra en el aspecto mental. El control de las emociones cuando la vida está en juego es vital. Algunos planifican e intentan predecir, en la medida de lo posible, el transcurrir del encierro en busca del tramo predilecto para correr y escapar de la venida del animal. Otros simplemente intentan que el miedo no los domine y buscan consuelo en familiares, amigos o simplemente, otros corredores.
Cartera perdida con los toros detrás
El sexto encierro de Sanfermin tuvo pocas incidencias que terminaran con corredores en centros hospitalarios. De hecho, solo cinco de ellos terminaron siendo trasladados por contusiones y traumatismos. Pero curiosamente, un corredor sí que es posible que terminara en la comisaría o en la oficina de objetos perdidos.
Solo el susto, de milagro
A veces la suerte sonríe, incluso cuando nadie lo cree posible. Y en los encierros más de lo mismo. Javier Martínez de la Puente uno de los mejores fotógrafos de Sanfermin.com tuvo la suerte de ser testigo de uno de estos momentos de alivio de tintes milagrosos. En el momento de sacar la foto su pensamiento rondaba la captura de la cornada pero, para su sorpresa, no la hubo. «No hubo nada excepto suerte. Mucha suerte para el corredor», aclara Javier.
Toros por los suelos
El físico del toro no podía ser perfecto, sufren un fallo que ha quedado al descubierto: caídos de lado apenas pueden levantarse. En el quinto encierro de los Sanfermines 2016, dos toros, uno negro y el otro cataño, han vivido esta situación y, efectivamente, sin la ayuda de los mozos hubieran tardado mucho más en terminar la carrera.