Foto: Pablo Roa
El cuarto encierro de Sanfermin 2009 quedó teñido de luto por el fallecimiento del joven Daniel Jimeno Romero, de 27 años y natural de Alcalá de Henares, que recibió una cornada en el cuello a la altura del tramo de Telefónica. El corredor ingresó en el hospital en parada respiratoria y los facultativos ya no pudieron hacer nada por su vida.
La carrera fue dramática desde el principio y duró 4:28 segundos, en los que el protagonista principal ha sido un toro castaño llamado «Capuchino», que ha resbalado en la plaza del Ayuntamiento y ha arremetido contra los corredores apostados en el lado derecho del vallado. Ha proseguido la carrera en solitario, a varios metros de sus hermanos, y a lo largo del recorrido ha embestido a varios corredores en Mercaderes y en la bajada del callejón que accede a la plaza, donde ha volteado a un corredor apostado a la izquierda del vallado y se ha vuelto en varias ocasiones, creando momentos de mucho peligro. Cuatro personas han sido heridas por asta de toro y ocho más han sido trasladadas a los hospitales de Pamplona.
Gran velocidad de los Jandilla a la salida de los corrales de Santo Domingo y un toro negro comandando la manada desde el primer momento. Los astados no han mirado demasiado a los lados y enseguida un toro castaño ha tomado el relevo de su hermano y ha guiado la torada a gran velocidad.
Ese morlaco castaño ha sido el protagonista del encierro, al resbalar al principio de la plaza del Ayuntamiento y embestir a los corredores que estaban en el vallado de la derecha. El astado ha permanecido un rato allí, arremetiendo contra los corredores, y, mientras tanto, el resto de la manada ha continuado la carrera a gran velocidad. Algún toro negro ha resbalado pocos metros más adelante y ese sexto toro castaño, que había quedado rezagado, ha vuelto a embestir a un corredor en Mercaderes, que estaba despistado y no se ha dado cuenta de que «Capuchino» venía por detrás.
La manada de cinco toros negros arropada por los cabestros ha chocado contra el vallado de Mercaderes con violencia, pero ningún astado ha caído, y por detrás venía el toro castaño que ha sembrado el pánico en buena parte del recorrido.
La torada se ha estirado mucho desde el principio de la calle Estafeta y las carreras de los corredores han sido muy bonitas, ya que, al contrario de ayer, ha habido bastantes huecos para colocarse en la cara de los astados. El morlaco castaño venía varios metros por detrás y en el tramo de Telefónica y en la bajada del callejón se han vivido momentos de verdadera angustia, cuando ha embestido en varias ocasiones a los corredores, uno de ellos el joven fallecido. El animal estaba sólo y desorientado y se ha dedicado a mirar a los corredores y a intentar embestirlos. Con mucho esfuerzo de corredores y pastores han conseguido conducirlo hasta la plaza y meterlo en los chiqueros, a más de un minuto y pico de haber entrado sus hermanos de manada.