Vistoso y rápido final

Cinco trasladados, ninguno de ellos por asta de toro, tras el último encierro de los de Núñez del Cuvillo

Foto: Cristina Abadía

El octavo y último encierro de Sanfermin, protagonizado por toros de Núñez del Cuvillo, ha sido una carrera muy rápida y limpia. La manada ha corrido muy agrupada durante buena parte del recorrido y, aunque los corredores han querido encontrar hueco y aprovechar la última oportunidad de correr en los encierros de este año, les ha resultado difícil debido a la gran velocidad de los bureles y a lo juntos que han corrido. El encierro ha durado 2:37 y al parecer son cinco las personas trasladadas a los hospitales de Pamplona, ninguna de ellas por heridas de asta de toro.

La torada ha salido muy rápida de los corrales de Santo Domingo y ha corrido arropada por los cabestros durante todo el tramo, aunque uno de los toros jaboneros se ha ido adelantando poco a poco. El recorrido no estaba tan lleno de corredores como en el fin de semana, aunque como la manada iba muy agrupada, no ha sido fácil encontrar hueco delante de las astas.

La llegada a la plaza Consistorial también ha sido a gran velocidad y los corredores lo han tenido muy difícil para colocarse delante de los bureles. Uno de los morlacos castaños ha resbalado al principio de la calle Mercaderes, pero se ha incorporado rápidamente y ha continuado la carrera junto a sus hermanos. Por delante, se ha vivido un momento gran tensión cuando uno de los cabestros ha arrollado a un joven que intentaba apartarse hacia el lado derecho de la calle. Por suerte, se ha quedado sólo en un susto.

La manada ha continuado a buen trote y agrupada y no ha resbalado ni chocado contra el vallado de la curva de Mercaderes. En la calle Estafeta se han podido ver las pocas carreras vistosas a pocos centímetros de las astas, ya que aunque los primeros metros la manada ha corrido hermanada, poco a poco se ha ido estirando un poco. Uno de los morlacos negros ha resbalado hacia final de la calle y eso ha hecho que se quedara un poco rezagado, junto con uno de los toros castaños. Los cabestros se han ido adelantando y cuatro toros se han quedado por detrás, dando oportunidad a los corredores de lucirse delante de las astas. Un toro castaño y otro negro iban cerrando la manada a pocos metros y también han dado opciones a los corredores para hacer bonitas carreras.

En la Estafeta y en Telefónica se han producido caídas, pero la manada no ha lanzado apenas derrotes y ha ido entrando a la plaza a gran velocidad; primero los cabestros, a pocos metros cuatro astados y por detrás, separados entre sí, los otros dos morlacos, uno castaño y otro negro, que habían quedado rezagados al final de la calle Estafeta.