Foto: Maite H. Mateo
El octavo y último encierro de los Sanfermines con los toros de la ganadería de Miura, ha sido muy rápido, con unos toros que han demostrado su tradicional nobleza ya que en ningún momento han protagonizado ninguna clase de derrote o embestida a mozo alguno, pero no han podido evitar crear peligro en la bajada del Callejón cuando un manso ha resbalado, y poco después cuando varios mozos han formado un pequeño montón con la consiguiente llegada de los toros. Momentos de angustia que podrían haber sido peores, pero afortunadamente la nobleza de los astados lo ha evitado, finalizando la carrera en 2 minutos 20 segundos y con un balance de heridos de 9 traslados hospitalarios por traumatismos.
Los toros han comenzado el encierro muy hermanados y a gran velocidad sin distraerse en ningún momento con las carreras de los mozos que les rodeaban. Con la llegada de los toros a la curva de la calle Estafeta, el toro colorado se ha adelantado a sus hermanos, para pasar a liderar a la manada, junto a la venida de otros dos toros poco después. En este tramo, uno de estos tres toros de cabeza ha enganchado con su cuerno derecho la camiseta de un mozo, rompiendo la tela de la misma pero sin herir a quien la vestía.
En la bajada del Callejón un manso ha tropezado y caído de lado, impactando en las piernas de un corredor que estaba en el suelo, pero no ha tenido problemas en reincorporarse a la carrera del resto de astados que nada más entrar en la Plaza de Toros, se han topado con un pequeño montón formado por algunos mozos, que gracias a la nobleza de los Miura, no han sufrido incidentes de gravedad.