A 10 minutos

Que el encierro no es un juego es algo que todo corredor debería saber. Correr delante de los cuernos de un toro, exponerte de una manera tan directa ante un animal que perfectamente puede matarte necesita, cuanto menos, preparación. Buena parte de dicha disposición se centra en el aspecto mental. El control de las emociones cuando la vida está en juego es vital. Algunos planifican e intentan predecir, en la medida de lo posible, el transcurrir del encierro en busca del tramo predilecto para correr y escapar de la venida del animal. Otros simplemente intentan que el miedo no los domine y buscan consuelo en familiares, amigos o simplemente, otros corredores.

Ignacio Rubio fue testigo del escenario de las calles de Pamplona 10 minutos antes del encierro desde uno de los balcones de Kukuxumusu. Guiado por su intuición descubrió la fraternidad entre dos corredores y la congeló en el tiempo. «Este abrazo entre dos mozos y el reflejo de su la seriedad de su cara cuando abraza a su colega para darse animos es un momento significativo de lo que es correr un encierro», explica.

Otro de los hechos que acontece en todos los encierros de Pamplona es la llamada de la protección del santo San Fermín. Para muchos no es tradición valadí. Aquellos que confían en el aura de San Fermín lo hacen ciegamente. Amuletos, colgantes, anillos, emblemas, tatuajes con su silueta son fácilmente visibles entre los mozos, por lo que la ocasión de tocar la figura a la que se le canta el «a San Fermín pedimos» no se desperdicia.

sanfermin ignacio rubio encierros 2016«Este momento se me quedo gravado cuando un mozo llevaba en sus manos a sanfermin que se dirigia a depositarlo en la hornacina, San Fermín pasaba entre los corredores y los mozos alzaban sus manos a su rostro para que les proteja y les de suerte», cuenta Rubio que traslada toda su emoción por los encierros con esta instantanea.