A toda mecha

Los toros de Nuñez del Cuvillo protagonizan un rapidísimo encierro y provocan sólo cuatro heridos por traumatismo

Foto: Maite H. Mateo

El último encierro de Sanfermin, con toros de la ganadería de Nuñez del Cuvillo, ha sido una carrera rapidísima que ha durado 2:20 y se ha saldado con cuatro traslados a los hospitales de Pamplona con traumatismos y heridas leves.

Un año más, los corredores han intentado aprovechar el último encierro de las fiestas para intentar colocarse a pocos centímetros de las astas y se han visto carreras espectaculares a lo largo de todo el recorrido. Los astados se han comportado muy noblemente y su gran rapidez ha sido la que ha provocado momentos de peligro, sobre todo con el toro negro que ha guiado la manada desde el final del tramo de Santo Domingo y ha arrollado varios corredores a su paso.

En la cuesta de Santo Domingo la manada ha iniciado la carrera compacta y a gran velocidad, y al final del tramo un toro negro ha ido encabezando la manada y ha guiado a sus hermanos durante el resto del recorrido. Sus hermanos han ido arropados por los cabestros y todos ellos han entrado al sprint en la plaza consistorial.

El toro negro ha ido adelantándose cada vez más y ha entrado en la curva de Mercaderes a toda velocidad, arrollando a un par de corredores que corrían a la izquierda de la manada. Un corredor ha sido volteado en la misma curva y tres de los cinco astados que venían por detrás en manada junto con los cabestros han tropezado contra la pared izquierda del principio de Estafeta y varios corredores han quedado atrapados en el suelo.

A lo largo de la calle Estafeta, un día más buenos corredores de la carrera han podido lucirse delante de las astas, aunque alguno de ellos ha sido arrollado, debido a la gran velocidad a la que iban, tanto el primer toro que guiaba la manada, como los cabestros que arropaban a los cinco hermanos que venían por detrás. El recorrido no estaba tan poblado de corredores como en días anteriores y en esta ocasión lo más difícil para los corredores ha sido intentar mantener el ritmo de carrera de los morlacos.

El toro negro ha llegado a la plaza en poco más de dos minutos, lo que supone casi un record, y el resto de la manada ha llegado al coso pocos segundos después, aunque un morlaco negro ha tropezado con algunos corredores caídos justo a la entrada a la plaza. Por suerte no ha intentado embestirlos y aunque ha tardado un poco en levantarse, ha continuado la carrera hacia los chiqueros sin problemas.