La fiesta de Sanfermin una vez que empieza a rodar es muy difícil de parar. Por su parte, el clima no sabe de fiestas y descarga agua sobre Pamplona cuando le apetece. En estos días de lluvia y agua en Sanfermin generalmente la gente piensa en si se suspenderá la corrida, en si se secará el suelo de la Estafeta para la hora del encierro o que ya no se puede dormir sobre las hierbas de la Vuelta del Castillo… Pero nadie discute que la fiesta no va a parar. Por lo tanto, amanecen los chubasqueros, paraguas molones y bolsas de basura en la fauna callejera sanferminera y la fiesta sigue su camino con neumáticos de lluvia.
Foto de Javier Martínez de la Puente.