Juan José Padilla llegó a su plaza a torear y, aunque salió sin trofeos de la corrida de El Pilar, a nadie le importó porque en Pamplona, al menos en los tendidos de sol, lo de menos es lo que haga Padilla en la plaza. Su sola presencia ya es un espectáculo y hasta que se jubile seguirá siendo el ídolo de la casa. Por lo demás, no estuvo mal, e, incluso, pudo cortar alguna oreja de no ser porque falló al matar. El Juli y Jiménez Fortes cortaron sendas orejas y estuvieron bien, pero Padilla era ayer el rey.
12 julio. El Pilar-Moisés Fraile
Juan José Padilla: silencio y ovación
Julián López «El Juli»: oreja y ovación
Jiménez Fortes: oreja y silencio
REportaje fotográfico: Maite H. Mateo