Empezó la sexta corrida de Sanfermin 2015 bien, con un primer toro del Conde de la Maza al que Eugenio de Mora supo verle sus opciones y al que cortó una oreja que, a la postre, sería la única que vieran -o intuyeran, que a esas horas algunas ya ni veían- los más de 20.000 espectadores que llenaron la plaza.
No pudo el diestro toledano completar triunfo porque el resto de toros -salvo, quizá, el noble sexto con el que algo más pudo hacer Juan del Álamo, leves palmas para concluir el festejo- fueron un reguero de crecientes peligros, acrecentados por unas defensas que daban miedo y que hacían imposible cualquier atisbo de toreo. Antonio Nazaré se perdió entre semejante animalada y se fue de vacío, con dos silencios clamorosos. Toros como elefantes.
En la grada, pancarta pidiendo que cesen los lanzamientos de objetos desde la andanada. La Peña La Jarana denunció que ayer uno de sus miembros fue herido por un bloque de hielo lanzado desde andanada que le mandó al hospital. Una redactora de Sanfermin.com corrió la misma suerte, tras golpearle la cabeza un vaso de cristal. Alguien tendrá que tomar medidas. Antes de que sea tarde.
Fotos: Maite H. Mateo