Escudo de Larraga

Más allá de las paredes, Organización

By Matt Dowsett

Pamplona. Hogar del encierro y la fiesta entre las fiestas. San Fermín atrae a una variada e internacional pléyade de seguidores, pero muy pocos visitantes extranjeros son conscientes de lo que significa Pamplona, de que solo es la punta del iceberg en cuanto a fiestas y toros. Cruzando España y más allá hay muchas fiestas y cientos de miles de toros corriendo todos los años. Dentro de las antiguas murallas de Pamplona se vive una pasión que se escucha desde fuera, que se muestra en un escenario internacional. Pero más allá de las paredes existen historias que no se ven, que no cuenta de la gente, sobre los toros y las calles de estas otras fiestas.

Lo ves por el rabillo del ojo durante la fiesta. Realmente no lo procesas porque estás disfrutando de ti mismo pensando en el encierro, las charangas, los fuegos artificiales o, simplemente, decidiendo dónde ir para echar el próximo trago. Pero allí está, en el fondo, oculto a primera vista.

La vida sigue, se escucha el ruido del motor y las ruedas avanzan. La Fiesta sigue en marcha, pero tiene que haber alguien allí para que todo siga funcionando; alguien que cuide las cosas y se asegure de que todo funciona sin problemas.

Nosotros no queremos admitirlo aunque, francamente, la idea irrumpe en nuestro estado de ánimo festivo porque unas pocas personas realmente trabajan en la fiesta, hacen los trabajos basura y tienen que pasar tiempo organizando la juerga. Hay un montón de elementos que no son muy divertidos y, gracias a Dios, los realiza generalmente otra persona; camareros, barrenderos, policía, personal médico, dependientes y organizadores de eventos. Para ellos la fiesta no es simplemente una fiesta, llevan la mochila de la responsabilidad también.

Marisa, el alcalde (alcaldesa) de Larraga -2007-2011- tuvo la amabilidad de permitirme echar un vistazo íntimo detrás de las puertas cerradas del ayuntamiento. Aunque no hay nada como la escalera de San Fermín, las fiestas de San Miguel todavía mantienen todos los elementos de una celebración típica de Navarra y requieren mucha organización.

Marisa me explicó que antes San Miguel duraba nueve días en septiembre, pero se redujo a siete, y se trasladó a agosto como otros tantos pueblos de la región. La organización de las fiestas es, en última instancia, responsabilidad del alcalde que recibe ayuda de un concejal, así como de una comisión que se reúne para acordar los eventos festivos y reunir las opiniones de la gente del pueblo que son los que pagan después de todo. Las Fiestas se financian a través de los impuestos locales, una cantidad que varía según los eventos conseguidos y la situación económica. La crisis, por ejemplo, obligó a una reducción de eventos en muchas fiestas y a quedarse peladas a las familias.

La planificación de las fiestas normalmente tarda tres meses en Larraga y, mientras el núcleo de la fiesta en gran parte sigue siendo el mismo, todavía hay elementos nuevos o diferentes cada año.

No es sorprendente que el elemento más estresante sea el encierro de vacas. No hay corridas de toros en Larraga, pero sí un montón de encierros y capeas. Lo último que el ayuntamiento quiere es una mala noticia de alguna persona ignorante que consiga la portada del Diario de Navarra por haber sido cogido en el encierro. Afortunadamente las lesiones con vacas son raras. A pesar de todo un mínimo de dos ambulancias deben estar presentes en la carrera, no son gratis y proviene de dos “empresas”. Estas no son públicas y no hay realmente mucha competencia por lo que en última instancia la elección será determinada por el precio. Las lesiones menores se tratan in situ y los heridos más graves se trasladan hasta Pamplona, situada ??a unos veinte minutos de distancia. Marisa me dijo que el encierro le causó siempre la mayor preocupación, así como el temor de que nadie resultara herido ni las familias tuvieran que pasar ese trago. La Policía, o más específicamente el alguacil (Sheriff), es en última instancia el responsable de la seguridad municipal durante los encierros, cohetes y fuegos artificiales y puede infligir multas al pueblo si no ha actuado de una manera segura.

Para Marisa durante las fiestas hay mucho trabajo. Tiene que asegurarse de que todo funciona sin problemas y debe asistir a los eventos oficiales, por lo que tiene poco tiempo para su familia y amigos. Ella admitió que sentía algo de miedo cuando la fiesta se acerca a causa de esto. También existen muchos momentos buenos, como encender el cohete para comenzar las fiestas, imponer el pañuelico de fiestas a los más pequeños y muy emotivo día de la Patrona.

A pesar de la lealtad a un partido político, Marisa expresó su creencia de que la política y las fiestas deben mantenerse separadas y que la fiesta es para todos. Y como en Pamplona un 15 de julio Marisa señaló que, en Larraga, una fiesta cuando termina, la vida vuelve a la normalidad con una rapidez increíble, prácticamente al día siguiente.