El encierro de Jandilla no dejó heridos por asta, pero sí situaciones de mucho peligro y cuernos muy pegados a los corredores, como en el caso de un joven que corría por la parte derecha del vallado de Telefónica y vio cómo un toro estaba a punto de cornearle en el culo. La agilidad del corredor, que saltó el vallado acrobáticamente, impidió que tuviera un disgusto, tal y como se aprecia en la serie del fotógrafo Mikel Lasa.
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