A veces las cosas en el encierro pasan tan rápido que nos las perdemos. Quien no perderá el susto serán los dos carpinteros de Aldaz y Remiro que se encargan de cerrar la puerta que descansa sobre el vallado de la curva de Estafeta para impedir el retorno de los toros. El tercer toro de Miura que enfilaba la curva de Mercaderes golpeaba la superficie de la puerta y resbalaba por la madera volando el asta a la altura de los fotógrafos y carpinteros que se encaraman al vallado. Como se aprecia en las fotografías de Iñaki Vergara y Manuel Corera el asta roza el chaleco de un carpintero y se introduce entre la camiseta y el chaleco del siguiente.
Ese rápido roce que no ha trascendido en nada grave podía haber creado una verdadera situación de peligro. Esta imagen es muy frecuente con los grandísimos toros de Miura que sobrepasan con las astas la altura del vallado y que cuando golpean la curva siempre asoman por encima. Los carpinteros retiraron las manos y evitaron los cuernos por los pelos echándose hacia atrás, pero podía haber pasado cualquier cosa como podemos atestiguar con las imágenes.