Amar tu trabajo crea adicción y perderlo un drama, ejemplo claro es el caso de Natalia Gómez, fotógrafa de Sanfermin.com que en 2015 se demostró a si misma «que los sueños pueden hacerse realidad» al poder capturar cada instante de los encierros de Pamplona con su cámara desde uno de los puntos que más peligro conllevan: el callejón. «Sacar fotos en el encierro desde el vallado es lo más adrenalítico que he hecho nunca. Se unen la devoción al encierro, el amor a la fotografía y un chutazo de adrenalina que no se puede aguantar», afirma Natalia.
Uno de aquellos pequeños tesoros escondidos en el Callejón quedó plasmado en la primera de las instantáneas que la fotografa ofrece. En ella un astado reluce bajo los rayos del sol y se asoma a la escena mientras algunos mozos intentan seguir su carrera y otros simplemente se ponen a salvo.
Realizar tu trabajo en un espacio tan excitante queda reflejado en las palabras de Gómez: «Una vez que lo pruebas, el encierro forma parte de ti todo el año, se aloja misteriosamente en algún lugar de tu cabeza y todos los días reservas un ratico para escudriñar fotos, visualizar momentos y contar días y horas para el próximo encierro».
El último encierro de 2015 protagonizado por los Miura, una carrera rapidísima de 2minutos y 5 segundos, fue también materia de trabajo para Natalia que esa mañana vivió un cúmulo de emociones: «Recordaré para siempre la intensidad de ese momento en el cual mientras la melancolía trataba de invadirme, yo me resistía atesorando para siempre ese único momento en mi vida».
El privilegio que protagonizaba se agotaba al tiempo que los toros recorrían los últimos metros hacía los corrales y Natalia presentía que el recuerdo sería lo único que guardaría: «El tiempo, los encierros, San Fermín 2015 se escapaban al ritmo de clics… mi sueño convertido en recuerdo se quedaba para siempre conmigo».
