Orejas bajo el diluvio

Llovió a mares. Pero no importó. No se arrugaron los toreros (a caballo) y el resultado fue un diluvio de orejas, un triunfo indiscutible de Roberto Armendáriz, una demostración (otra) de Pablo Hermoso de Mendoza y una meritoria tarde de Sergio Galán. Lluvia de orejas sería el título fácil.

A Armendáriz le sonrió la fortuna en el tercero porque no llovía todavía y porque supo sacarle al toro de Carmen Lorenzo todo lo que llevaba y más. En su segundo la cosa se complicó más porque la arena ya era un barrizal, pero con todo se llevó una tercera oreja. Y una salida a hombros (otra) ganada a pulso.

Lo de Hermoso de Mendoza fue menos brillante pero igualmente meritorio. Gran faena en el primero, sin premio, y oreja bajo el diluvio a su segundo, en una memorable actuación seguida por los que aguantaron el chaparrón sin refugiarse en el interior de la plaza. Igual recompensa para Galán, también con agua a raudales. Y una oreja que, pese a no matar a la perfección, también mereció.

Ficha
6 julio. Carmen Lorenzo. Rejones
Pablo Hermoso de Mendoza: aplausos y oreja
Sergio Galán: ovación y oreja
Roberto Armendáriz: 2 orejas y oreja