El tercer encierro de los Victoriano del Río se podría definir como rápido y muy peligroso. La manada ha salido hermanada de los corrales pero ya en la cuesta de Santo Domingo uno de los toros ha comenzado a embestir a los corredores de su lado y se ha adelantado; ha iniciado un encierro en solitario acogiendo todo el protagonismo de la carrera.
Una vez en la Curva de Mercaderes este toro se ha caído, llevándose por delante a un mozo, y al ponerse en pie de nuevo se ha agrupado con sus hermanos que venían metros más atrás solo por un momento. A partir de Estafeta ha continuado por separado, generando varias situaciones de peligro. El encierro ha durado 2’27’’ aunque, a pesar del riesgo, solo se han producido 5 heridos por traumatismo.