Imanol y Alicia se apellidan igual, González, son pareja y son muy afortunados. Han pasado dos días de juerga cinco estrellas en Sanfermin. Es el pedazo de premio que les ha tocado en el sorteo del ’26 Anibestiario’ de Kukuxumusu y que han disfrutado gracias a Sanfermin by Locals, el servicio turístico que ofrecen Destino Navarra y Sanfermin.com.
Para ella, es la primera vez. Imanol ya había estado un par de veces con su cuadrilla, a lo hippy, haciendo juerga toda la noche hasta después del encierro y durmiendo en el coche. Pero esta año ha podido descansar junto a su chica en un hotel cinco estrellas, «la cama se agradece mucho», comenta entre risas.
Cuando la gente con la que han compartido algunos momentos de la estancia –turistas sudamericanos en su mayoría– se enteraba de su historia, los miraban con envidia y bromeaban. Desayuno de lujo en el Casino, cena especial, balcón, fuegos artificiales…
La pareja, que parece salida de «Ocho apellidos vascos», se ha metido en la fiesta como si rodaran la segunda parte de la película más taquillera de los últimos años. Él es vasco, de Bilbao. Ella, de Cáceres, de Torrejón el Rubio, y lleva el sur en las venas.
¿Qué se llevan de Pamplona? «Una experiencia muy bonita y un gran agradecimiento», explican ya de vuelta a Bilbao, donde residen. De los muchos momentos que han vivido, se quedan con la vista de los fuegos artificiales desde la terraza del Baluarte, «desde ahí se ve parte de la muralla de ocho kilómetros, que rodea la ciudad, y que tiene una historia interesante», dice Imanol.
A ellos les ha gustado conocer el porqué de nuestras tradiciones. Lo han sabido gracias en el encierro-tour, una visita guiada en la que se explica el origen del pañuelo rojo, «decapitaron al santo, San Fermín, por defender a los cristianos, y el pañuelo rojo simboliza la sangre, el martirio que sufrió«. También han escuchado la historia del encierro, que empezó siendo un traslado de ganado de un punto a otro de la ciudad.
A Imanol le apasionan los toros y, aunque nunca ha corrido el encierro, cree que alguna vez lo hará. Le gustan sobre todo las corridas de toros a pie, sin caballo. Y por supuesto ha disfrutado viendo el encierro desde un balcón: «Se hace muy corto pero la visión es estupenda».
Les pregunto si volverán. «¡Seguro!». Eso esperamos. Kukuxumusu nació en 1989 bajo los efectos del kalimotxo, durante unos sanfermines, y lo hemos querido celebrar invitando a los ganadores a esta singular fiesta. No podía ser de otra manera.
Fotos: Maite H. Mateo