De todos los visitantes conocidos que ha tenido Pamplona durante Sanfermin, el más notable es Ernest Hemingway. El escrito norteamericano, Premio Nobel de Literatura en 1954, fue un habitual de la fiesta y del encierro y los dio a conocer al mundo a través de sus palabras.
La vinculación de Hemingway con Pamplona es tan grande que este hombre de mil facetas cuenta con una estatua dedicada a su memoria situada en el Café Iruña, un lugar mítico de la historia pamplonica.
A Hemingway le apasionaban los toros, pasión que combinaba con su labor como periodista, novelista, viajero incansable y vividor. En Pamplona se le podía ver por las terrazas y cafés de la ciudad rodeado de amigos, vino y música. En otras ocasiones estaba en el antiguo casino de Pamplona, en la Plaza del Castillo, donde jugaba al poker. Además de sus ocupaciones más públicas, como el periodismo, la literatura y los toros, el americano fue también un buen boxeador, pescador y jugador de poker.
Dicen que entre sus compañeros de mesa se encontraban personajes como el actor John Wayne, el director John Huston o el fotógrafo Robert Capa, aunque no hay constancia de que echasen sus partidas sobre el tapete del viejo casino pamplonés, tampoco sería de extrañar. Su estilo de juego era como su vida, sin medias tintas: “Nunca iguales [del término inglés call]. O subes la apuesta o te retiras”.
Y así fue su relación con Pamplona: intensa. Estuvo aquí por primera vez en 1923, el día 6 de julio, acompañado de Hadley Richardson, su primera esposa (tuvo cuatro). Sus visitas serían frecuentes hasta 1959. Poco después de descubrir los Sanfermines, en 1926, publicó su primera novela, titulada Fiesta (aunque el título original es The Sun Also Rises).
Esa obra retrataba la vida de una serie de personajes que se conocen como la Generación Perdida y habla de sus viajes por Francia y España. Una de esas escapadas es a Pamplona y en ella describe cómo es la fiesta y el ambiente de Sanfermin. Hemingway dice cosas como que “A mediodía, la fiesta explotaba. No hay otra palabra para ello”, una manera muy plástica de mostrar lo que ocurre en las calles de Pamplona durante los días del encierro.
Este libro tuvo gran repercusión y hasta se hizo una película con los actores Errol Flynn, Tyron Power y Ava Gadner. La novela expuso, para bien o para mal, Sanfermin al mundo. Muchos visitantes norteamericanos todavía hacen hoy las rutas por las que se supone que el escritor era un habitual. Algunos de esos lugares ya no existen hoy en día, como la taberna Casa Marceliano o el Hotel Quintana, aunque justo enfrente de ese edificio, en el Hotel La Perla, aún se conserva la habitación 201 tal y como Hemingway la utilizó en varias ocasiones.
La obra de Hemingway mostró Pamplona al mundo y es innegable que gran parte de su popularidad se debe a esas visitas del notable escritor norteamericano. Son muchos los famosos que han disfrutado de Sanfermin: Orson Welles, Charlton Heston, Arthur Miller, Bill Clinton o Spike Lee, pero Ernest Hemingway, que falleció en 1961, fue más allá y, en cierto modo, se ha convertido en parte de la esa fiesta que tanto amaba.