Hoy se cumplen 25 años del encierro más espectacular y dramático. La ganadería Cebada Gago protagonizó unos de los encierros más vertiginosos y peligrosos que recuerdan los corredores.
Ocurrió el 12 de julio de 1988, cuando uno de los toros de la ganadería gaditana, Doloroso II, se dio la vuelta y volvió hasta los corrales, realizando por dos veces el recorrido del encierro en solitario, con todo el peligro que eso conlleva. Fue uno de los encierros más largos que se recuerdan con una duración de 8 minutos y 8 segundos, y dejó un trágico balance de 6 heridos por asta de toro, 7 por traumatismos y 25 atendidos por los servicios de emergencias.