Alguien se ha cepillado un capote

Hoy de vuelta a casa me he encontrado con un capote de torero. El color rosa fucsia lo hace inconfundible. Un joven más bien corpulento y largo lo está cepillando de rodillas meticulosamente. La calle está desierta porque a las 4 de la tarde en Pamplona cae un sol que achicharra.

Me acerco, saludo y pregunto si eso es un capote, y si es el de Juan José Padilla, sería la bomba, que se hospeda en el hotel de al lado. Con un cerrado acento andaluz (no puedo evitar pensar en alguna escena de «Ocho apellidos vascos»), el joven me explica que es el capote de Pepe Moral, que lidiará dos toros de la ganadería Jandilla en la primera corrida de estos Sanfermines.

Los rastros de arena y sangre desaparecen a golpe de cepillo. Como si fuera una lima. Toco la tela del capote: es fuerte, de una textura parecida a un toldo de terraza. O eso me parece. La giro un poco para ver cómo es por el otro lado y me sorprendo porque es azul turquesa. «Lo normal es el amarillo», me explica el sevillano, «pero a veces son azules, como éste».

Pensar que limpia rastros de sangre me da un poco de yuyu. El capote tiene pinta de pesar bastante. No sé cómo los toreros consiguen menearlos tan bien, con lo flacos que suelen estar.

Hablando de flacos, aquí llega uno. Es el mozo de espadas de Pepe Moral. José López Sánchez, ‘Josele de Triana’. Dentro de un rato él le ayudará a vestirse de luces. Le digo que yo pasaba por allí… y me he quedado prendada del capote. Y él, todo majo, me enseña la ‘fregoneta’, una monovolumen gris muy guapa, donde viaja toda la cuadrilla, de feria en feria. Yo encantada claro. ¿Dónde se sienta el diestro?, pregunto. «Su sitio es el que está justo detrás del conductor, siempre el mismo». Y pongo mi mano como para darle suerte.

Es un espacio austero, de color gris oscuro casi negro, con una pequeña televisión, una cama individual al fondo, y poco más. Las únicas notas de color las ponen una estampa de una virgen (no recuerdo su nombre, perdón), un imán de la Virgen del Rocío, un par de rosarios y algún otro símbolo religioso.

Como parece que hay confianza, y ya le he dicho que trabajo en Kukuxumusu, pregunto si el torero tiene alguna manía especial. «Sí claro, pero eso queda entre él y yo», me responde muy discreto. Así que sigo indagando porque una no sube todos los días al coche de un torero.

¿Y qué hace Pepe Moral antes de la faena? ¿Duerme la siesta? Me hubiera gustado escuchar que se concentra encendiendo cien velas a todas las vírgenes de Andalucía, o que escucha siempre el mismo disco de Camarón, o que juega al ajedrez con uno de sus banderillas… pero no, el diestro ha comido arroz blanco y un filete, se ha tomado un par de cafés y se está relajando viendo películas de mucha acción.

El Padilla, el torero pirata, también estará siesteando o viendo pelis, vete a saber. Dicen que necesita concentrarse mucho antes de torear. No se han visto todavía. Parece que cada cuadrilla va a su rollo. La verdad, me muero de ganas de colarme por las habitaciones y disfrazarme por un día con un traje de lidia tipo a ese tan chulo que lleva Madonna en el video de su nuevo disco, ‘Rebel Heart’.