Txupinazo de 1939.

Historia

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¿Quién fue San Fermín?

Según cuenta la leyenda, San Fermín era hijo del jefazo romano de Pamplona hacia el siglo III. Un cura francés que estaba de visita por aquí, San Saturnino, lo convirtió al cristianismo, así que se fue a Toulouse (Francia) a hacer un máster de obispo y volvió para liberar al pueblo trabajador de sus supersticiones. Luego regresó otra vez a Francia, cristianizó a miles de paganos y se quedó a vivir en Amiens.

Alguna bronca debió de tener con las autoridades, porque acabó torturado y degollado. Su cuerpo reposa en Amiens, aunque anda repartido por ahí en forma de reliquias (en Pamplona hay tres).

La verdad es que con este curriculum, es una ironía que le den tu nombre a una bacanal famosa en todo el mundo. Así es la vida. De todos modos no todo en estas fiestas es juerga. Al santo le dedicamos una procesión muy bonita el día de su onomástica y él, en agradecimiento, nos hace de doblador en los encierros protegiendo a los corredores: es lo que llamamos el famoso “capotico de San Fermín”.

Culto al santo

José Luis Molins. De la guía Sanfermines, 204 horas de fiesta. Culto al santo. ©Larrión y Pimoulier Editores

Cuenta la tradición que el presbítero Honesto llegó a la Pamplona romana, enviado por San Saturnino para evangelizarla, y que el senador Firmo se convirtió al cristianismo con toda su familia. Fermín, su hijo, fue educado por Honesto y, cuando tuvo diecisiete años, comenzó a predicar por los alrededores. Más tarde, a los veinticuatro, fue consagrado obispo por Honorato, que era prelado de Toulouse.

A la edad de treinta y un años, Fermín marchó a predicar el Evangelio a las Galias: en un primer momento, estuvo en Aquitania, Auvernia y Anjou; más tarde, en Amiens, donde consiguió muchas conversiones, sufrió cárcel y, con posterioridad, el martirio por decapitación, un veinticinco de septiembre.

Su cuerpo fue sepultado en secreto por algunos cristianos, apareció siglos después, el trece de enero del año 615, en el episcopado de san Salvio, y fue trasladado a la cercana ciudad: unos magníficos relieves góticos del siglo XV, labrados en el trasaltar de aquella catedral que conserva los restos del santo, narran esta historia.

¿Existió San Fermín?

Mucha gente ha oído hablar sobre San Fermín o, por lo menos, conoce su nombre gracias a las fiestas que se celebran en Pamplona en su honor. Pocos saben, sin embargo, que su historia, al igual que la de otros santos, es una leyenda que para muchos estudiosos carece de base histórica.

La leyenda nació hacia el siglo IX en la localidad francesa de Amiens, y desde allí llegó a Pamplona en el siglo XII, convirtiéndose en un santo de devoción para cientos de pamploneses.

Recientemente, una tesis elaborada por el historiador Roldán Jimeno, hijo del prestigioso historiador pamplonés Jimeno Jurío, ha refrendado la conclusión a la que llegaron en 1970 varios historiadores de la capital navarra y arqueólogos de Amiens: ambos investigaron por separado, y concluyeron que la historia de San Fermín no tenía base histórica alguna. A pesar de ello, Amiens y Pamplona siguen rindiendo culto a este santo y miles de personas en el mundo han oído hablar de él gracias a las fiestas de Sanfermin.

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La leyenda de Amiens

Cuenta la leyenda que Firmus, un senador que vivía en tiempos de los emperadores Diocleciano y Maximiano, era gobernador general de la región y tenía un hijo llamado Fermín. Así se recoge en uno de los primeros textos que se conocen acerca de la leyenda de San Fermín, el del escritor Jacobo de Voragine titulado «La leyenda dorada» y que data de 1264. Al parecer, Firmus confió la educación de su hijo Fermín al presbítero Honesto, quien envió a Fermín a realizar sus estudios a Toulouse y pidió al arzobispo de la localidad que lo ordenase sacerdote para que pudiese predicar la fe cristiana. Así lo hizo, y Fermín volvió a Pamplona con la misión de evangelizar, consagrado ya como obispo, donde permaneció hasta los 31 años, antes de marchar a las Galias.

Fermín primero estuvo en Agen, luego en la comarca de Beauvais y por último en Amiens donde, tras soportar la persecución romana, convirtió, según cuenta la leyenda, en tan sólo cuarenta días, a tresmil personas. Parece ser que a los gobernadores romanos no les hizo especial gracia y, tras detenerlo y encerrarlo en la cárcel, lo degollaron en secreto un 25 de septiembre, que es la fecha en la que se recuerda su martirio.

Esta leyenda recogida en el texto de Jacobo Vorágine data su origen en la Alta Edad Medía, en la localidad francesa de Amiens, capital de Picardía, situada a unos 150 km. de París. Aunque no existe una fecha exacta, los primeros datos históricos la sitúan en el siglo IX. Por aquel entonces, tal y como nos cuenta el historiador Roldán Jimeno, «a la hora de elegir el santo que cristianizaría a la ciudad, era muy normal escoger un personaje extranjero que diese cierto toque exótico y relevante a la urbe. En Amiens escogieron a Fermín, porque era vascón y romano a la vez y les resultó bastante atractivo. A partir de entonces, construyeron una historia que ha ido variando con el tiempo, a medida que ha sido transmitida de generación en generación».

La leyenda llegó a Pamplona por primera vez hacia el siglo XII, cuando el entonces arzobispo de Pamplona, Pedro de París, tuvo noticia de ella y trajo consigo una reliquia que fue depositada en el altar de la Catedral de Pamplona. Con el tiempo, el culto se fue extendiendo a toda Navarra. Para los habitantes de Pamplona, que existiera un santo que, además, había sido el primer arzobispo de Pamplona, fue un auténtico hallazgo; cambiaron parte de la historia francesa adelantando la evangelización de la capital navarra al siglo I, dato que contradecía la fecha de la leyenda de Amiens, que la situaba en el siglo III.

Distintos cronistas navarros recogieron esta versión y la fueron adornando cada vez más. Con el paso del tiempo, el culto a San Fermín se fue acrecentando en las dos localidades, con particularidades locales. En el siglo XVIII se dieron a conocer “Las Actas Sinceras», de Miguel Joseph de Maceda, que mostraban la versión pamplonesa de la leyenda. Algún tiempo más tarde, cuando el texto llegó a Amiens, se suscitó una gran polémica respecto a la fecha, ya que la tradición pamplonesa decía que San Fermín había vivido en el siglo I, y la de Amiens, en el siglo III. Finalmente decidieron fundir ambas tradiciones y fueron recogidas en un libro.

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Una leyenda sin base histórica

Ya en el siglo XX, en la década de los 70, el bibliotecario de la Catedral de Pamplona, José Goñi Gaztanbide, después de investigar sobre el tema llegó a la conclusión de que la historia de San Fermín era «legendaria e inverosímil», ya que no disponía de base histórica alguna.

Posteriormente, el historiador Jimeno Jurío realizó un exhaustivo trabajo de investigación que confirmó tales sospechas. Por aquel entonces se creó cierto debate que no trascendió más allá del ámbito científico ,y más tarde otros autores dieron la razón a estos dos estudiosos. La reciente tesis de Roldán Jimeno ha vuelto a corroborar dichas afirmaciones. «Uno de los datos clave que ha ayudado a ver que se trataba, como en otras ocasiones, de una leyenda sin base histórica ha sido situar la historia en los siglos I (Pamplona) y III (Amiens). En el caso de Pamplona, la Cristianización no llegó hasta el siglo III, y en Amiens tuvo lugar, incluso, algunos siglos más tarde. Además, hasta el siglo XII no hay en Pamplona ninguna referencia clara respecto al santo».

Junto a ello, el hecho de que San Fermín no tuviese ninguna iglesia, ni ermita a su nombre contribuyó a confirmar dicha teoría. «No es lógico que un arzobispo de una ciudad como Pamplona no registre ninguna iglesia o ermita a su nombre hasta el siglo XVII. En Pamplona, la primera iglesia que lleva su nombre se construyó en la Milagrosa, en la década de los años 50 del pasado siglo, y las primeras ermitas datan del siglo XVII», afirma Roldán Jimeno.

A pesar de la crítica hagiográfica que realiza la Iglesia Católica durante el Concilio de Trento en el siglo XVI (en la que se pudo comprobar que la vida de varios santos carecía de fundamento histórico), la Iglesia todavía no se ha pronunciado respecto al santo navarro. «Ha habido varios santos que han sido declarados apócrifos por la Iglesia Católica como, por ejemplo, San Cristóbal, y el hecho no ha tenido demasiada trascendencia, aunque con otros, al tratarse de santos locales, como San Fermín, es la propia diócesis la que tiene que pronunciarse al respecto. Luego también está la respuesta de la gente».

Actualmente, tanto en Pamplona como en Amiens el culto a San Fermín sigue atrayendo a cientos de personas y las fiestas que se celebran en su honor en la capital navarra congregan cada año a miles de visitantes de todas parte del mundo que, a falta de conocer su historia, han oído hablar alguna vez del patrono de Navarra.

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Historia de la Procesión en honor a San Fermín

La procesión en honor a San Fermín se remonta en el tiempo, probablemente tanto como el culto mismo que Pamplona le tributa. Jesús Arraiza escribe en su obra «San Fermín patrono» que, aunque se desconoce con certeza, la costumbre pudo haberse iniciado hacia 1187, cuando el obispo Pedro de Artajona trae de Amiens la primera reliquia del mártir, e impulsa su veneración en Pamplona.

Por su parte, José María Corella, en su trabajo «Sanfermines de ayer», apunta la existencia de testimonios gráficos de dudosa autenticidad en los que se puede apreciar que, ya en la segunda mitad del siglo XV, había en Pamplona desfile de caballicos que bailaban en la procesión. Sin embargo, a diferencia de los actuales ‘zaldikos’ de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, la gaita la tocaban entonces los mismos bailarines mientras se movían con sus caballos de madera, compitiendo al parecer entre ellos por realizar la pirueta más vistosa.

José María Corella también apunta que el primer testimonio documental fehaciente, en el que consta la procesión de San Fermín, está fechado en 1527, cuando todavía se celebraba Sanfermin el 10 de octubre. En aquella época ya acudía el Ayuntamiento a la Catedral a recoger al Cabildo para asistir a la procesión y al acto litúrgico posterior en San Lorenzo, donde se rendía culto al santo desde antiguo.

de la guía Sanfermines, 204 horas de fiesta. © Larrión y Pimoulier Editores

Capilla de San Fermín

Lo más importante de la capilla de San Fermín es que dentro se encuentra la figura que recuerda al santo y allí descansa todo el año.
Fuente: textos de Juan José Martinena en varias publicaciones y conferencia de José Luis Molins, archivero municipal, en el ciclo «San Fermín: culto, fiesta y arquitectura», de la Universidad de Navarra.

San Fermín es un santo muy especial porque durante las fiestas acuden a él a pedirle favores o pedirle protección en el encierro tanto devotos fieles como otros que no creen en nada. Desde el siglo XIV, existía una capilla dedicada a San Fermín. Era gótica y de reducidas dimensiones. En el siglo XVII, el Ayuntamiento, muchos ciudadanos de Pamplona y de otras partes de Navarra y América se involucraron en costear económicamente la construcción de un templo nuevo (el que ahora conocemos). Por ello, la gente de Pamplona y de Navarra consideran al santo y su capilla como una cosa casi suya, y así se ha transmitido de generación en generación.

La capilla de San Fermín está construida junto a la parroquia de San Lorenzo, al final de la calle Mayor de Pamplona. Para acceder a la capilla, hay que entrar por la puerta de la parroquia o por la calle San Francisco.

La capilla de San Fermín se comenzó a construir en 1696 y se terminó de construir en 1717. El siete de julio de ese mismo año se inauguró. El arquitecto original es Santiago Raón, y su proyecto fue continuado por Juan de Alegría y Martín de Zaldúa, manteniendo el estilo barroco del proyecto original. Una de las anécdotas más importantes sobre la capilla es que en el siglo XVIII, a resultas de varios pleitos entre el Ayuntamiento de Pamplona y la Obrería de San Lorenzo, se planteó la posibilidad de construir un nuevo templo en el lugar que actualmente ocupa el Paseo Sarasate. En el Archivo Municipal de Pamplona se guardan planos y bocetos de esta obra que nunca llegó a realizarse y que firma Juan Lorenzo Catalán.

En cuanto a lo que sí ocurrió de verdad en la capilla de San Fermín es que en 1800 se realizaron reparaciones urgentes a cargo de Santos Ochandategui, que le dieron el actual aspecto neoclásico, y de las que se hizo cargo el Ayuntamiento de Pamplona. En 1823, la linterna de la cúpula de la capilla tuvo que ser reconstruida tras la demolición e incendio posterior al bombardeo de Pamplona por parte de los ‘Cien mil hijos de San Luis’.

La efigie de San Fermín está alejada dentro de la capilla en un altar específico. El original tenía 17 metros de altura, pero fue sustituido por otro en 1819. Las esculturas y relieves que podemos ver ahora son de Anselmo Casanova, con proyecto de Pedro Onofre. Las vidrieras son obra de Mayer y están fabricadas en Londres.

¿Qué es la Corte de San Fermín?

Esta asociación se fundó en 1885, en gratitud a los favores de San Fermín quien, según la tradición católica, protegió a la ciudad de Pamplona de varias epidemias que mermaron las poblaciones cercanas. La Corte de San Fermín es una asociación religiosa nacida en 1885 y cuenta con algo más de 800 miembros de ambos sexos. Tiene su sede en el despacho parroquial de San Lorenzo, en la calle Mayor 74 de Pamplona, ya que el párroco siempre preside la junta de gobierno de la Corte que además integran un secretario, un tesorero y cuatro vocales. Su objetivo principal es mantener el culto (cristiano católico) y promover la devoción a San Fermín. En este momento esta promoción, más allá de la iniciativa singular de algunos cortesanos, se ciñe al mantenimiento material de las reliquias de San Fermín y al acompañamiento en la celebración de las grandes fiestas.

La Corte celebra a San Fermín: el segundo domingo de enero es la fiesta de las reliquias, que conmemora el traslado de las mismas desde Amiens (Francia) a Pamplona. El 6 de julio tienen lugar las Vísperas de San Fermin, el 7 de julio se celebra el día del patrón, con procesión, a la que se suma la junta de la Corte y los miembros que lo desean, y la posterior celebración religiosa en la capilla del santo. El día 14 de julio se celebra a las 11.00 la Octava (siete días después del día del santo), a la que asiste el Consistorio en cuerpo de ciudad como cierre religioso de fiesta de Sanfermin.

Además, en septiembre se festeja el día grande de San Fermín desde el punto de vista religioso. El día 25 se conmemora el día del Martirio de San Fermín, que va precedido desde el día 17 de una novena dedicada al santo (nueve funciones religiosas).

¿Qué hacer con el material histórico de Sanfermin?

El Archivo de la Casa de Misericordia y el Archivo Municipal de Pamplona ofrecen un tratamiento profesional a las donaciones sobre Sanfermin. Existen dos archivos que están interesados en conservar y catalogar todo lo que tenga relación con Sanfermin. Uno es el Archivo Municipal de Pamplona y, el otro, el Archivo de la Casa de Misericordia de Pamplona. Ambas instituciones aceptan donaciones altruistas con el objetivo de conservar el recuerdo de la fiesta, y ofrecen profesionalidad en el tratamiento de los datos, la transmisión y defensa de la propiedad intelectual y la conservación y custodia de los documentos.

El Archivo Municipal de Pamplona conserva la mejor fototeca sobre la fiesta y el encierro que existe, especialmente, tras los legados fotográficos de Zubieta y Retegui o José J. Arazuri. También conserva la mayor colección de carteles y programas de mano de Sanfermin, los planos y documentos relacionados con la capilla del santo y el registro de toda la actividad municipal en relación con la fiesta. Su responsable es Ana Hueso y se puede contactar con el archivo aquí.

Otro Archivo menos conocido es el de la Casa de Misericordia de Pamplona, que pertenece a la Fundación de la Meca y no tiene ánimo de lucro. Allí se custodian 300 años de información que en gran parte tienen que ver con el encierro y la plaza de toros. La Meca organiza el encierro y la corrida de toros y, por ello, conservan desde facturas por instalar el vallado en 1920, hasta todos los Carteles de la Feria del Toro. Entradas, programas, fotografías, carteles privados interesan a esta colección. Su responsable es Beatriz Itoiz y puedes contactar con el archivo aquí.

Historia del Txupinazo

 

Juanito Etxepare, primer lanzador del Chupinazo

Un pamplonés llamado Juanito Etxepare inició en 1931 la costumbre de lanzar un cohete para comenzar la fiesta. La costumbre fue retomada en 1939 por Joaquín Ilundáin, e institucionlaizada en 1941 tal y como hoy lo conocemos. Larrión y Pimoulier recogen el testimonio de su amigo Javier Alonso que dice que «recuerda perfectamente, al igual que otros amigos suyos, cómo un conocido republicano y gran pamplonés llamado Etxepare fue el encargado de encender la llama desde 1931, fecha en la que se proclamó la República, hasta el año 1936 inclusive. Él fue testigo de ese primer txupinazo y recuerda que iba vestido a la moda de la época con su pajarita y su sombrero de paja».

Este sería el origen popular del Txupinazo parecido a como lo vivimos hoy, en el que un lanzador singular le da un valor específico al inicio de la fiesta. Lo cierto es que se lanzaban cohetes ya en 1901 desde la plaza del Castillo, para avisar del inicio de Sanfermin. Los empleados de la empresa Oroquieta realizaban esta labor por encargo, y nadie pensaba ni otorgaba valor alguno a esta costumbre. Juanito Etxepare, con propina de por medio, consiguió lanzar y prender la mecha en 1931, y siguió haciéndolo hasta 1936. Cuando comenzó la Guerra Civil, fue fusilado.

En 1939, al finalizar la guerra, Joaquín Ilundáin y José María Pérez Salazar retomaron el trabajo de Etxepare. En 1949, Ilundáin fue nombrado teniente de alcalde y siguió con la tradición. Para 1941, éste propuso al alcalde José Garrán Mosso y a los concejales que esta escenificación del lanzamiento se realizara desde el Ayuntamiento. Desde 1941, el propio Ilundáin fue el primero en lanzar el primer Txupinazo oficial, e instituyó de esta manera una costumbre que pronto se convirtió en una de las imágenes más universales de la fiesta, junto con los encierros de toros.

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Chupinazo 1969. Lanzador Joaquín Sáez. Fotografía de Ferrándiz y Ardanaz. 

El Cohete no se suspendió ni en 1952, cuando, debido a las obras de construcción de la actual Casa Consistorial, se disparó desde el balcón del Ayuntamiento provisional, instalado en las Escuelas de Música y Artes y Oficios de la entonces plaza de la República Argentina, hoy llamada del Vínculo.

El cometido de prender la mecha del Cohete -un orgullo para cualquier pamplonés- correspondía a personas vinculadas al Ayuntamiento. En 1964 se hizo una excepción con el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, y más tarde algunas personalidades del deporte han gozado de ese privilegio.

Desde 1979

El Cohete es un festejo relativamente joven dentro de la centenaria historia de los Sanfermines. La designación de la persona encargada de disparar el Txupinazo es potestad del Alcalde. En 1979, con la primera corporación democrática, el alcalde Julián Balduz Calvo estableció el criterio de ceder cada año el lanzamiento a un grupo político municipal por orden de mayor a menor representación. reanudándose el ciclo cada cuatro años con el cambio de mandato.

Como nota anecdótica, en 1991 el alcalde Alfredo Jaime Irujo encendió la mecha junto con José María Pérez Salazar, copartícipe con Joaquín Ilundáin (ya fallecido) en la iniciativa de trasladar el Cohete a la plaza Consistorial, al cumplirse el cincuenta aniversario de la efemérides.

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Historia de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona

Según una tradición de dudosa historicidad, en la procesión de San Fermín de 1276 se bailaron tres gigantes, llamados Peru Suziales, Mari Suziales, su mujer, y Jusef Lukurari («usurero»), personificación de la aversión popular hacia los judíos. Pero las primeras noticias seguras de gigantes en Sanfermin datan de principios del siglo XVII: en 1607, un tal Joanes de Azcona era el encargado de sacar la comparsa de gigantes acompañado por un juglar que se ocupaba de la música. En 1620, el carpintero Joan de Torrobas arregló los cuatro gigantes de la ciudad por 88 reales.

Era costumbre por entonces sacar al final de las corridas, al oscurecer, gigantes cargados de cohetes y buscapiés, como toros de fuego humanos, y después de dar unas vueltas por la plaza se les prendía fuego.

Esta práctica continuó durante gran parte del siglo XVIII, hasta que en 1780 Carlos III prohibió que «en ninguna iglesia de estos reinos haya en adelante danzas y gigantones y cese del todo esta práctica en procesiones y demás funciones eclesiásticas» (Real Orden de diez de julio de 1780), con lo que dejaron de salir los gigantes en las fiestas de Pamplona. Los de propiedad de la ciudad se perdieron, y los de la Catedral, que tenía los suyos, se guardaron y olvidaron hasta que en 1813 un carpintero los descubrió y los sacó a la calle, reiniciando la tradición. La cosa tuvo tal éxito que el Ayuntamiento adquirió años después unos gigantes propios, con zaldikos, kilikis y cabezudos.

Los gigantes actuales los hizo Tadeo Amorena, pintor vecino de Pamplona. En marzo de 1860 presentó al Ayuntamiento un proyecto, que fue aprobado, para construir unos gigantes nuevos, mucho más ligeros y sólidos, que representaran «las cuatro partes del mundo». Comenta Ignacio Baleztena con su peculiar vena grotesca:

Por lo que veo
desconocía
el buen Tadeo
la Oceanía.

Los cinco cabezudos los fabricó en 1890 Félix Flores. De los kilikis y zaldikos, algunos son antiguos (Barbas y Coleta), pero los demás son del siglo XX.

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La Casa de Misericordia de Pamplona

La Casa de Misericordia de Pamplona explota la Plaza de Toros para obtener beneficios destinados a financiar servicios para las personas mayores desfavorecidas. Su Comisión Taurina se encarga de contratar toros y toreros y, además, organiza el encierro.
Según el Auto de la Ciudad del 9 de abril de 1706, por el que se establece la Casa de Misericordia, el fin de la misma fue en un principio recoger pobres de ambos sexos. Desde 1793 hasta 1980, dio cobijo también a menores huérfanos o desprotegidos y, actualmente, atiende prioritariamente a más de 550 ancianos sin recursos, ni familia, o en situación de exclusión social. Desde su origen, no sólo cobijó a personas necesitadas, sino que se ocupó de darles trabajo y formación dependiendo de sus necesidades.

Esta función completa de ayuda siempre necesitó de gran financiación y por eso la Casa de Misericordia ha llevado la iniciativa en fuentes de ingreso alternativas, como una fábrica de paños (1706-1922), la explotación de un frontón de pelota (1777-1910) y la gestión del Ferial de Sanfermin -las Barracas- (1882-2008). A pesar de todo, las necesidades de financiación eran crecientes y la Casa de Misericordia aceptó construir la Plaza de Toros de Pamplona, y desde entonces ha organizado todas las ferias taurinas que allí se celebran, incluida la Feria del Toro de San Fermín.

El Ayuntamiento de Pamplona cedió a la Casa de Misericordia, en los años veinte del pasado siglo, la iniciativa y el terreno para levantar la nueva Plaza de Toros. La Casa aceptó el reto y desde entonces, como propietaria, mantiene y reforma el coso y se encarga de organizar tanto las corridas de toros como los encierros de Sanfermin. Es importante destacar que la Casa de Misericordia se ocupa de todo, desde la colocación del vallado, hasta la contratación de toros y toreros. Es el agente principal en la celebración de los encierros de Sanfermin y sus corridas de toros. Parte de los beneficios que obtiene por ello revierten en los servicios que presta a las personas mayores.

Ganadores Feria del Toro

Fuente: www.feriadeltoro.com

1959, I FERIA DEL TORO
«Rabioso», nº 57, castaño, de Alvaro Domecq, lidiado en 6º lugar el 9 de julio por Curro Girón.

1960, II FERIA DEL TORO
Premio declarado desierto.

1961, III FERIA DEL TORO
«Malaquino», nº 1, negro zaíno, 483 kilos, de Antonio Ordóñez, lidiado en 2º lugar el 7 de julio por Mondeño.

1962, IV FERIA DEL TORO
«Buscalíos», nº 39, negro, 479 kilos, de Alvaro Domecq, lidiado en 3er. lugar el 12 de julio por Mondeño.

1963, V FERIA DEL TORO
«Escorpión», nº 178, negro, 540 kilos, del Marqués de Domecq, lidiado en 5º lugar el 11 de julio por Luis Segura.

1964, VI FERIA DEL TORO
«Nueve cosechas», nº 80, negro meano, 530 kilos, del Conde de la Corte, lidiado en primer lugar el 7 de julio por Pedrés.

1965, VII FERIA DEL TORO
«Guineo», nº 11, negro listón, del Conde de la Corte, lidiado en 2º lugar el 8 de julio por Paco Camino.

1966, VIII FERIA DEL TORO
Mención honorífica: «Manigero», de Juan Pedro Domecq, lidiado en 5º lugar el 13 de julio por Andrés Vázquez.
Premio Corrida Concurso: «Escultor», de Alvaro Domecq, lidiado en 6º lugar el 14 de julio por Antonio Ordóñez.

1967, IX FERIA DEL TORO
«Ricopelo», nº 16, negro listón, de Manuel Arranz, lidiado en 6º lugar el 8 de julio por Andrés Hernando.

1968, X FERIA DEL TORO
«Ventero», nº 8, castaño, de César Moreno, lidiado en primer lugar el 8 de julio por José Fuentes.

1969, XI FERIA DEL TORO
Corrida de Juan Pedro Domecq, lidiada el 14 de julio por Diego Puerta, Paco Camino y Santiago Martín «El Viti».

1970, XII FERIA DEL TORO
Corrida de Juan Pedro Domecq, lidiada el 8 de julio por José Fuentes, Francisco Rivera «Paquirri» y José Luis Parada.

1971, XIII FERIA DEL TORO
Corrida de Juan Pedro Domecq, lidiada el 7 de julio por Manolo Cortés, Curro Rivera y José Luis Parada.

1972, XIV FERIA DEL TORO
Corrida de César Moreno, lidiada el 14 de julio por Paco Camino, Dámaso González y El Niño de la Capea.

1973, XV FERIA DEL TORO
Corrida de Antonio Martínez Elizondo, lidiada el 10 de julio por Diego Puerta, Jose Mª Manzanares y José Luis Galloso.

1974, XVI FERIA DEL TORO
Corrida de Eduardo Miura, lidiada el 13 de julio por Manolo Cortés, José Luis Parada y Antonio José Galán.

1975, XVII FERIA DEL TORO
Corrida de Pablo Romero, lidiada el 8 de julio por Paquirri, Ruiz Miguel y Julio Robles.

1976, XVIII FERIA DEL TORO
Corrida de Juan Guardiola Soto, lidiada el 8 de julio por Manolo Cortés, Francisco Ruiz Miguel y Raúl Aranda.

1977, XIX FERIA DEL TORO
Corrida de Eduardo Miura, lidiada el 8 de julio por Francisco Ruiz Miguel, José Luis Parada y Antonio José Galán.

1978, XX FERIA DEL TORO
Se suspenden los Sanfermines el día 8.

1979, XXI FERIA DEL TORO
Corrida del Marqués de Albaserrada, lidiada el 15 de julio por Joaquín Bernadó, Carlos Escobar «Frascuelo» y Justo Benítez.

1980, XXII FERIA DEL TORO
Corrida del Marqués de Albaserrada, lidiada el 14 de julio por Joaquín Bernadó, Paco Alcalde y Morenito de Maracay.

1981, XXIII FERIA DEL TORO
Declarado desierto.

1982, XXIV FERIA DEL TORO
Declarado desierto el premio a la mejor corrida.

1983, XXV FERIA DEL TORO
Corrida del Marqués de Domecq, lidiada el 12 de julio por Francisco Ruiz Miguel, José Luis Palomar y José Cubero «El Yiyo».

1984, XXVI FERIA DEL TORO
Corrida de Eduardo Miura, lidiada el 14 de julio por Francisco Ruiz Miguel, José Antonio Campuzano y Víctor Méndez.

1985, XXVII FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de José Luis Osborne, lidiada el 9 de julio por José Mª Manzanares, Luis Francisco Esplá y «Espartaco».

1986, XXVIII FERIA DEL TORO
Corrida de José Cebada Gago, lidiada el 10 de julio por José Mª Manzanares, Julio Robles y Luis Francisco Esplá.

1987, XXIX FERIA DEL TORO
Corrida de Murteira Grave, lidiada el 12 de julio por Francisco Ruiz Miguel, Tomás Campuzano y Vicente Ruiz «El Soro».

1988, XXX FERIA DEL TORO
Desierto el premio a la mejor corrida.

1989, XXXI FERIA DEL TORO
Corrida de Salvador Guardiola, lidiada el 10 de julio por Roberto Domínguez, Víctor Méndez y Emilio Oliva.

1990, XXXII FERIA DEL TORO
Corrida de José Cebada Gago, lidiada el 10 de julio por Roberto Domínguez, Emilio Muñoz y Fernando Cepeda.

1991, XXXIII FERIA DEL TORO
Premio ex-aequo a las corridas de Salvador Guardiola Fantoni, lidiada el 8 de julio por Morenito de Maracay, Víctor Méndez y Juan Cuéllar, y del Marqués de Domecq, lidiada el 13 de julio por José Ortega Cano, Emilio Muñoz y Miguel Báez «Litri».

1992, XXXIV FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de José Cebada Gago, lidiada el 8 de julio por Juan Mora, Rafael Camino y Jesulín de Ubrique.

1993, XXXV FERIA DEL TORO
Corrida de Torrealta, lidiada el 13 de julio por Emilio Muñoz, Miguel Báez «Litri» y Jesulín de Ubrique.

1994, XXXVI FERIA DEL TORO
Corrida de Torrestrella, lidiada el día 12 de julio por Emilio Muñoz, Juan Mora y Antonio Borrero «Chamaco».

1995, XXXVII FERIA DEL TORO
Corrida de Maria Dolores Aguirre Ybarra, lidiada el día 9 de julio por Cristo González, Javier Vázquez y Pepín Liria.

1996, XXXVIII FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de D. Salvador Guardiola Fantoni, lidiada el día 8 de julio por José P. Prados «El Fundi», Francisco Javier Martínez «Paquiro» y Javier Vázquez.

1997, XXXIX FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de D. Salvador Guardiola Fantoni, lidiada el día 8 de julio por Juan Mora, Raúl Gracia «El Tato» y Pepín Liria.

1998, XL FERIA DEL TORO
Corrida de Marqués de Domecq, lidiada el día 13 de julio por Emilio Muñoz, Francisco Rivera Ordóñez y Morante de la Puebla.

1999, XLI FERIA DEL TORO
Compartido a Hros. de D. José Cebada Gago e Hijos de D. Eduardo Miura, lidiadas los días 9 de julio por Manuel Caballero, Pepín Liria y Eduardo Dávila Miura y el día 11 de julio por Sergio Sánchez, Juan José Padilla y Antonio Ferrera respectivamente.

2000, XLII FERIA DEL TORO
Corrida de Hnos. Gutiérrez Lorenzo, lidiada el día 13 de julio por Enrique Ponce, Julián López «El Juli» y Francisco Marco.

2001, XLIII FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de D. José Cebada Gago, lidiada el día 9 de julio por Pepín Liria, Juan José Padilla y Jesús Millán.

2002, XLIV FERIA DEL TORO
Corrida de Torrestrella, lidiada el día 13 de julio por Víctor Puerto, Antonio Ferrera y David Fandila «El Fandi».

2003, XLV FERIA DEL TORO
Corrida de Jandilla, lidiada el día 10 de julio por Francisco Rivera Ordoñez, Julián López «El Juli» y César Jiménez.

2004, XLVI FERIA DEL TORO
Corrida de Jandilla, lidiada el día 12 de julio por Eduardo Dávila Miura, Miguel Abellán y Matías Tejela.

2005, XLVII FERIA DEL TORO
Corrida de Fuente Ymbro, lidiada el día 13 de julio por Eduardo Dávila Miura, Julián López «El Juli» y Miguel Angel Perera.

2006, XLVIII FERIA DEL TORO
Corrida de Hros. de Don José Cebada Gago, lidiada el día 10 de julio por López Chaves, Francisco Marco y Fernando Cruz.

2007, XLIX FERIA DEL TORO
Corrida de FUENTE YMBRO , lidiada el día 9 de julio por Antonio Ferrera, Matías Tejela y Salvador Cortés.

2008, L FERIA DEL TORO
Exaequo a las ganaderías de El Ventorrillo, lidiada el día 10 de julio por Antonio Ferrera, Juan Bautista y Salvador Cortés. Y a Miura, lidiada el día 13 de julio por El Fundi, Juan José Padilla y Rafaelillo.

2009, LI FERIA DEL TORO
A la ganadería de Dña. Dolores Aguirre Ybarra, lidiada el día 11 de julio por Serafín Marín, David Mora y Joselillo.

2010, LII TROFEO FERIA DEL TORO
Compartido para las ganaderías de Fuente Ymbro y Victoriano del Río. Fuente Ymbro fue lidiada el día 9 de julio por los diestros Antonio Ferrera, Oliva Soto y Rubén Pinar y, Victoriano del Río Cortés, el día 12 de Julio por los diestros Curro Díaz, El Juli y Alejandro Talavante.

2011, LIII FERIA DEL TORO
Ganadería de Fuente Ymbro, que fue lidiada el día 11 de julio por los diestros Antonio Ferrera, Cesar Jiménez e Iván Fandiño.

2012, LIV FERIA DEL TORO
Ganadería de Cebada Gago, lidiada el día 9 de julio por los diestros Francisco Marco, Morenito de Aranda y Antonio Nazaré.

2013, LV FERIA DEL TORO
Ganadería de Dolores Aguirre Ybarra, lidiada el 8 de julio por Manuel Escribano, Joselillo y Juan del Álamo.

2014, LVI FERIA DEL TORO
Ganadería de Victoriano del Río Cortés, lidiada el 9 de julio por Juan José Padilla, Iván Fandiño y Juan del Álamo.

2015 LVII FERIA DEL TORO
Premio declarado desierto.

Ganadores trofeo Carriquiri (al toro más bravo)

1969 TROFEO CARRIQUIRI: «Madrileño», nº 28, de Juan Pedro Domecq, lidiado en 6º lugar el 14 de julio por Santiago Martín «El Viti».

1970 TROFEO CARRIQUIRI:: «Delirio», nº 76, de Juan Pedro Domecq, lidiado en 2º lugar el 8 de julio por Francisco Rivera «Paquirri».

1971 TROFEO CARRIQUIRI:: «Vareto», nº 4, negro, del Conde de la Corte, lidiado en primer lugar el 13 de julio por Diego Puerta.

1972 TROFEO CARRIQUIRI:: «León», nº 39, de Eduardo Miura, lidiado en primer lugar el 10 de julio por Andrés Vázquez.

1973 TROFEO CARRIQUIRI:: «Importuno», nº 25, mulato, de Miura, lidiado en 6º lugar el 14 de julio por Antonio José Galán.

1974 TROFEO CARRIQUIRI:: «Galguito», nº 9, negro listón, de Miura, lidiado en 4º lugar el 13 de julio por Manolo Cortés.

1975 TROFEO CARRIQUIRI: «Aguijito», nº 66, cárdeno, de Miura, lidiado en tercer lugar el 10 de julio por Antonio José Galán.

1976 TROFEO CARRIQUIRI: «Tabardillo», nº 1, cárdeno, de Juan Guardiola Soto, lidiado en 2º lugar el 8 de julio por Francisco Ruiz Miguel.

1977 TROFEO CARRIQUIRI: «Algabeño», nº 44, castaño, 574 kilos, de Miura, lidiado en tercer lugar el 8 de julio por Antonio José Galán.

1978 Suspendidos los Sanfermines el día 8.

1979 TROFEO CARRIQUIRI: «Revoltoso», nº 21, negro, de Albaserrada, lidiado en 5º lugar el 15 de julio por Frascuelo.

1980 TROFEO CARRIQUIRI: Declarado desierto.

1981 TROFEO CARRIQUIRI: Declarado desierto.

1982 TROFEO CARRIQUIRI: «Hatero», nº 34, del Marqués de Albaserrada, lidiado en tercer lugar el 8 de julio por Jorge Gutiérrez.

1983 TROFEO CARRIQUIRI: «Navajito», nº 66, de Miura, lidiado en 5º lugar el 10 de julio por José Antonio Campuzano.

1984 TROFEO CARRIQUIRI: «Palomero», nº 26, negro, de 579 kilos, de Fermín Bohórquez, lidiado en primer lugar el 11 de julio por Emilio Muñoz.

1985 TROFEO CARRIQUIRI: «Hilador», nº 2, negro, de 541 kilos, del Marqués de Domecq, lidiado en 2º lugar el 11 de julio por Ortega Cano.

1986 TROFEO CARRIQUIRI: «Vidriero», nº 24, negro, de 589 kilos, del Marqués de Domecq, lidiado en primer lugar el 12 de julio por José Antonio Campuzano, y «Bilbaino», nº 29, negro, de 522 kilos, de Murteira Grave, lidiado en tercer lugar el 13 de julio por Roberto Bermejo.

1987 TROFEO CARRIQUIRI: «Carasucia», nº 69, negro, de 569 kilos, de Salvador Guardiola Fantoni, lidiado en 5º lugar el 8 de julio por José Nelo «Morenito de Maracay».

1988 TROFEO CARRIQUIRI: «Abeja», nº 77, negro, de 600 kilos, de Salvador Guardiola, lidiado en 4º lugar el 8 de julio por Paco Alcalde.

1989 TROFEO CARRIQUIRI: «Ricolata», nº 22, negro bragado, de 485 kilos, de Salvador Guardiola, lidiado en 5º lugar el 10 de julio por Víctor Méndez.

1990 TROFEO CARRIQUIRI: «Trepador», nº 46, negro, de 540 kilos, de Cebada Gago, lidiado en 2º lugar el 10 de julio por Emilio Muñoz.

1991 TROFEO CARRIQUIRI: «Hablador», nº 109, negro, de 510 kilos, del Conde de la Corte, lidiado en tercer lugar el 7 de julio por Sergio Sánchez.

1992 TROFEO CARRIQUIRI: «Pandero», nº 104, negro, de 556 kilos, de Cebada Gago, lidiado en 4º lugar el 8 de julio por Juan Mora.

1993 TROFEO CARRIQUIRI: «Fresón», nº 9, castaño, de 629 kilos, del Marqués de Domecq, lidiado en 2º lugar el 9 de julio por César Rincón.

1994 TROFEO CARRIQUIRI: «Marcado», nº 45, del Marqués de Domecq, lidiado en 2º lugar el 13 de julio por César Rincón.

1995 TROFEO CARRIQUIRI: «Castellano», nº 5, de Torrestrella, lidiado en 2º lugar el día 13 de julio por Juan Mora.

1996 TROFEO CARRIQUIRI: «Borracho», nº 147, de Torrestrella, lidiado en 2º lugar el día 12 de julio por «Jesulín de Ubrique».

1997 TROFEO CARRIQUIRI: «Albulaqueño», nº 38, de D. Eduardo Miura, lidiado en 4º lugar el día 13 de julio por José Pedro Prados «El Fundi».

1998 TROFEO CARRIQUIRI: «Manzanillo», nº 97, de Hros. de D. José Cebada Gago, lidiado en 4º lugar el día 10 de julio por Jesulín de Ubrique.

1999 TROFEO CARRIQUIRI: «Bombito», nº 31, de Hijos de D. Eduardo Miura, lidiado en 2º lugar el día 11 de julio por Juan José Padilla.

2000 TROFEO CARRIQUIRI: «Narciso», nº 46, de Hnos. Gutiérrez Lorenzo, lidiado en 3er. lugar el día 13 de julio por Francisco Marco.

2001 TROFEO CARRIQUIRI: «Frívola», nº 45, de Santiago Domecq Bohórquez, lidiado en 6º lugar el día 11 de julio por Julián López «El Juli».

2002 TROFEO CARRIQUIRI: «Sonajero», nº 30, de Torrestrella, lidiado en 5º lugar el día 13 de julio por Antonio Ferrera.

2003 TROFEO CARRIQUIRI: «Lagartijo», nº 5, de Miura, lidiado en 2º lugar el día 13 de julio por Juan José Padilla.

2004 TROFEO CARRIQUIRI: «Olivarero», nº 101, de Jandilla, lidiado en 4º lugar el día 12 de julio por Eduardo Dávila Miura.

2005 TROFEO CARRIQUIRI: «Regidor», toro número 64, de la ganadería JANDILLA, lidiado en 3er. lugar en la corrida del día 11 de julio por el diestro Salvador Cortés.

2006 TROFEO CARRIQUIRI: «Zarandado», toro número 102, de la ganadería FUENTE YMBRO, lidiado en 1er. lugar en la corrida del día 13 de julio por el diestro Ambel Posada.

2007 TROFEO CARRIQUIRI: «Segador», nº 10 , de la ganadería Hros. de José Cebado Gago, lidiado en quinto. lugar en la corrida del día 10 de julio por el diestro Juan Bautista.

2008 TROFEO CARRIQUIRI:»Pelícano”, nº 70, de la ganadería Fuente Ymbro, lidiado en sexto lugar en la corrida del día 9 de julio por el diestro Miguel Ángel Perera.

2009 TROFEO CARRIQUIRI: «Sabueso», nº 42, de la ganadería JANDILLA, lidiado en sexto lugar en la corrida del día 10 de julio por el diestro Ruben Pinar.

2010 TROFEO CARRIQUIRI: «Tramposo», nº 150, de la ganadería Fuente Ymbro, lidiado en cuarto lugar en la corrida del día 9 de julio por el diestro Antonio Ferrera.

2011 TROFEO CARRIQUIRI: “Langosta”, lidiado el 9 de julio por el diestro Joselillo.

2012 TROFEO CARRIQUIRI: “Cantillito”, nº 102, de la ganadería de Moisés Fraile, lidiado en 6º Lugar en la corrida del día 10 de julio por el diestro David Mora.

2013 TROFEO CARRIQUIRI: “Heroína”, nº 111, de nombre de la ganadería de Fuente Ymbro , lidiado el 13 de julio en cuarto lugar por Juan José Padilla.

2014 TROFEO CARRIQUIRI: «Español», nº 112, de la ganadería de Victoriano del Río Cortés, lidiado en quinto lugar en la corrida del 9 de julio por Iván Fandiño.

2015 TROFEO CARRIQUIRI: “Costurero”, nº 33, de la ganadería de José Escolar Gil, lidiado en 6ª lugar en la corrida del día 11 de julio por el diestro Paco Ureña.