Todos los heridos de los encierros han sido dados de alta

Buenas noticias con respecto a los heridos de los encierros de Sanfermin: el valenciano que permanecía ingresado ya ha sido dado de alta del Complejo Hospitalario de Navarra.

El corredor, que fue corneado por los toros de José Escolar en el encierro del día 11 en el tramo de Telefónica, continuaba ingresado a causa de una herida por asta en el muslo de su pierna derecha. Y tras 16 noches en el área de Traumatología del CHN, por fin el 27 de julio fue dado de alta.

Solo un corneado permanece ingresado en el hospital

Dos semanas después de finalizar Sanfermin, dos de los tres heridos por asta de toro han sido dados de alta por el CHN: el corneado de Calahorra en el encierro del día 13 de julio con una herida por asta de toro en la región posterior del muslo derecho, y el catalán corneado en el muslo de la pierna derecha el día 11.

Sin embargo, aún continúa ingresado el valenciano herido en el tramo de Telefónica con una cornada en el muslo de la pierna derecha, aunque evoluciona favorablemente en el área de Traumatología del CHN.

Ver el parte de heridos aquí.

Tres corneados permanecen en el hospital

Pasada una semana del final de Sanfermin, todavía quedan tres heridos por asta de toro ingresados en el Complejo Hospitalario de Navarra: dos corneados del encierro del día 11 y uno más del día 13, aunque todos ellos evolucionan favorablemente.

El estadounidense corneado en el glúteo derecho en el tramo de Santo Domingo fue dado de alta el pasado día 18, mientras que permanecen en el área de Traumatología del CHN el valenciano corneado en el muslo derecho y el catalán herido por asta en el muslo izquierdo en el tramo de Telefónica, todos ellos ingresados tras el encierro del día 11 de julio. También continúa en el hospital el riojano herido en Mercaderes el día 13 en la región posterior del muslo derecho.

Ver el parte de heridos aquí.

Los corneados del quinto encierro evolucionan favorablemente

VER TODAS LAS FOTOS Y EL VIDEO DEL ENCIERRO DEL 13 DE JULIO

Los cuatro heridos por asta de toro en el encierro de José Escolar, a pesar de que siguen ingresados en el Complejo Hospitalario de Navarra, evolucionan favorablemente.

El joven estadounidense de 20 años, A.G. con cornada en el glúteo derecho; el valenciano de 35 con cornada en el muslo derecho; y el hombre de 47 años de Tarragona con herida por asta en el muslo izquierdo, permanecen en el área de Traumatología, mientras que el joven de 34 años de Philadelphia con una herida por asta en la región perineal se encuentra ingresado en el área de Cirugía Colorectal del CHN.

Por otro lado, se acaba de conocer la evolución de los tres heridos por asta de toro de hoy, uno con cornada en el abdomen, otro con cornada en la pierna y el último con un traumatismo en la rodilla. El herido por traumatismo ya ha sido dado de alta, mientras que los ingresados por cornada han sido ingresados, uno en el área de Cirugía General con un pronóstico menos grave por su cornada en el abdomen, y el otro en el área de Traumatología con pronóstico reservado.

Dos heridos del primer encierro y dos ingresados hoy, siguen en el hospital

VER TODAS LAS FOTOS Y EL VIDEO DEL ENCIERRO DEL 8 DE JULIO

Los dos primeros encierros de 2015 nos han dejado, de momento, cuatro heridos por asta de toro, traumatismos de diversa consideración y algunas contusiones. Ya han sido dados de alta nueve de los once heridos que ingresaron ayer en el Complejo Hospitalario de Navarra, y uno de los heridos que ha ingresado hoy, 8 de julio, con una policontusión.

Sin embargo, los dos estadounidenses que ingresaron ayer, uno de 25 años con traumatismo facial y el otro de 38 años con una cornada en la axila derecha, además de dos de los heridos de este segundo encierro, con un traumatismo costal y pronóstico reservado y un corneado en la Plaza de Toros, siguen ingresados. Este segundo corredor ha recibido una herida por asta de cabestro en el muslo con dos puntazos y ha sido atendido en la enfermería de la Plaza. Más tarde le han trasladado al CHN. El pronóstico es leve salvo complicaciones.

Ver aquí el parte de heridos.

Bill Hillman en el callejón de la plaza de toros de Pamplona. Cerca de donde sufrió la cornada. Foto Mikel Ciaurriz

Esta es la historia de Bill Hillmann

Bill Hillmann se crió en un duro barrio de Chicago. Estudiar física, el boxeo profesional, la literatura y los encierros… lo salvaron.

Primera parte (de tres). Leer segunda parte.

-Letras de Itxaso Recondo y fotografía de Mikel Ciáurriz-

“Un corredor norteamericano, co-autor de un libro sobre cómo sobrevivir a los toros de Pamplona, herido por asta de toro”. Este titular dio la vuelta al mundo. El corredor no era otro que Bill Hillmann. Bromas aparte, sobrevivió. En aquel momento lo entrevistamos en el hospital, a pie de cama. Contamos la historia que sucedió entre él y Mikel Ciáurriz, fotógrafo de sanfermin.com. Hemos querido conocer más a Bill Hillmann, su faceta de escritor, su experiencia vital… y esa pasión que siente por los encierros. Y la mejor manera de hacerlo es a través de su novela, “The Old Neighborhood”, para la que se ha basado en su propia vida.

Publicada este mismo año en Estados Unidos, ha obtenido excelentes críticas. Hace unos días, el famoso escritor británico Irvine Welsh decía acerca de ella en la prestigiosa revista Jot Down: “En el nuevo milenio, sólo he estado interesado por dos libros, el primero es ‘The Old Neighborhood’, de Bill Hillmann…”. Pronto la podremos leer también en español. Mientras, Hillmann nos cuenta qué le llevó a escribirla.

Old Neightborhood BillHillmann
Best Newbook 2014 by Chicago Sun-Times. Editorial Courtside Explendor 2014

El protagonista de tu novela es Joe Walsh, un adolescente sensible que crece en un mundo sórdido y violento, entre pandillas callejeras que se lo juegan todo. ¿Hay algo de ti en ese personaje?

Joe se parece mucho a mí cuando yo era un niño. Le suceden cosas parecidas y crece en una familia similar a la mía, que vive en el mismo barrio. Pero mi vida no ha sido tan dura como la suya. Mi sensibilidad está en él, y también mis sentimientos, mi lucha por mejorar y por tratar de superar las dificultades. Aunque somos distintos, probablemente él tiene mi esperanza y mi corazón.

Has crecido en la ciudad de Chicago, en un entorno parecido al que relatas en la novela. ¿Has perdido a alguien importante en tu vida, como le ocurre al protagonista?

Sí, claro. A parte de la pérdida de mi abuelo, a quien yo quería mucho, la que más me impactó fue la muerte del mejor amigo de mi hermano: lo mataron los miembros de una pandilla callejera, de un tiro en la cabeza. Él era un artista, un músico, un líder carismático y una buena persona, que agrupó a un montón de jóvenes que, como mi hermano, andaban un poco perdidos en la escuela, y les influyó de forma muy positiva.

Bill Hillman en Baluarte de El Redín en Pamplona. Imagen, Mikel Ciáurriz.
Bill Hillman en Baluarte de El Redín en Pamplona. Imagen, Mikel Ciaurriz.

¿Qué edad tenías entonces?

Yo tendría unos 9 o 10 años. Fue una época extraña para mí porque me preocupaba mucho de mi hermano, que iba con una pandilla callejera, y temía que lo mataran, o que él matara a alguien. Como muchos otros niños, era testigo de cómo mi propio hermano participaba en esas guerras callejeras, porque me contaba lo que habían hecho, cosas terribles. Para mí fue una época dura, no sabía nada acerca de la muerte, porque era muy crío, pero vivía con la tensión de que mi hermano podía morir en cualquier momento.

¿De qué modo impactó eso en tu vida posterior? ¿Viviste una adolescencia difícil?

Sin duda tuvo mucho impacto en mí y supuso un gran trauma. Porque los niños no suelen estar expuestos a este tipo de emociones, y cuando ocurre es terrible, y luego eso los persigue hasta su vida adulta. Todas esas emociones bullían dentro de mí de adolescente, y me metía en muchos líos, fue una época triste. También perdí en cierto modo a uno de mis hermanos, el mayor, porque lo encarcelaron por robo a mano armada esa misma época. Me relacionaba con él sabiendo que era como dos personas diferentes, el que me sonreía y era majo conmigo, y el que actuaba cuando no estaba conmigo, que robaba, disparaba, y hacía cosas horribles a la gente, hasta que lo metieron en la cárcel… Fue traumático.

«Como muchos otros niños, yo era testigo de cómo mi propio hermano participaba en esas guerras callejeras, y temía por su vida»

Bill Hillmann junto al revellín de la Catedral de Pamplona. Imagen: Mikel Ciáurriz
Bill Hillman junto al revellín de la Catedral de Pamplona. Imagen: Mikel Ciaurriz

Entonces, ¿tu hermano era un tipo temido en el barrio, un líder pandillero?

Sí. La gente me decía: “Tu hermano es un tipo horrible, es malo, nos da miedo… tú eres un Hillmann, y eres como él”. Todo el mundo en el barrio lo temía. Eso me dolía y me enfadaba mucho. Yo lo defendía porque era mi hermano, y le quería. Así que acabé atraído por esa violencia callejera, empecé a meterme en líos. Eso me separó de una parte del vecindario que era muy positiva para mí. Yo no era como mi hermano, pero tampoco iba a pedir perdón por ser su hermano, y corté con esos niños. La mayoría de los niños son buenos, pero a veces la situación que viven los empuja a hacer daño. Sigue pasando hoy en Chicago, miles de niños se están perdiendo, enrolándose en pandillas criminales, pueden ser niños muy sensibles, inteligentes, que podrían hacer algo positivo para el mundo… pero esa oscuridad es muy potente allí y los arrastra.

En la novela, la carta que escribe desde la cárcel Pat a su hermano pequeño resulta conmovedora. ¿Qué significado tiene para ti?

¿Esa carta? En la cárcel, Pat está forzado a ver lo que puede pasarle a Joe en la calle. Pero empieza a darse cuenta de que no quiere eso para su hermano pequeño. El libro trata también del ciclo de la violencia: en el fondo, todo el mundo quiere romperlo, no seguir en lo mismo… pero no saben cómo. Pat lo rompe. El chico más temido del barrio, desde la cárcel, muestra compasión por su hermano y lo libera de ese círculo maldito. En el fondo, trata sobre la compasión. Las pandillas necesitan reclutar nuevos miembros, si no, desaparecen, y los mayores atraen a los más jóvenes, por eso continúan existiendo. A través de esa carta me gustaría abrir una posibilidad de cambio para romper el ciclo de violencia.

«Esta es la historia de un padre que no es perfecto, con muchos problemas y dilemas, pero que lucha por ser un buen padre»

Entre todos los personajes de tu novela, ¿cuál te inspira más amor?

El padre, sin duda. Cuando empecé a escribir el libro me di cuenta de que estaba escribiendo una historia sobre un padre, un padre que no era perfecto, con muchos problemas y dilemas, pero que luchaba mucho por ser un buen padre. Y le costó años entender, cambiar y superarse. Quería contar la historia de ese progreso, cómo evolucionaba a la par que sus hijos crecían. Sentí que ésa era la historia más importante dentro del libro.

Tu propio padre tiene una historia de novela. Fue el líder de una pandilla muy temida en Chicago, aunque luego se salió. ¿Cómo consiguió escapar de ello y formar una familia?

No escapó, y eso es extraño. Se quedó viviendo en el mismo barrio en donde él había peleado tanto de joven y había atacado de forma brutal a otras personas. Pudo seguir mirando a la cara de la gente, y si hablaban mal de él no le importaba, estaba demasiado ocupado trabajando para alimentar a sus seis hijos. Poco a poco fue cambiando, en la medida en que amaba a sus hijos, su determinación por tener una familia honorable lo fue transformando, pero huyó de su pasado.

¿Y qué personaje se te ha resistido más a la hora de darle vida?

Quizás el hermano policía, porque ser policía es un trabajo muy duro, están tan torturados por su trabajo, les cuesta desconectar de esa relación antagonista con el mundo. Tenía que demostrar que estaba en lo cierto, porque la policía conoce qué pasa en una ciudad mejor que nadie, y suelen tender a odiar la ciudad donde viven porque la conocen muy bien. Su punto de vista es muy valioso, aunque sea incómodo. Si quieres conocer bien una ciudad, debes conocer el punto de vista de quienes más la odian, porque probablemente la conocen muy bien.

¿Qué has aprendido en tu época como pandillero en las peleas callejeras, y que ahora te puede servir cuando corres los encierros con los toros?

¡Ahhh… buena pregunta! Podría hablar largo y tendido sobre esto. Lo primero que me viene a la mente es que en una pelea callejera debes estar muy presente en ese momento, no te puedes despistar ni perder detalle de lo que ocurre a tu alrededor porque te pueden hacer daño. En el encierro con los toros es lo mismo, debes estar muy atento a lo que sucede delante tuya, detrás, a los lados… si alguien se ha resbalado, porque eso puede significar que otros se caigan, que tú tropieces y también caigas… y entonces tengas que saltar: además, los animales llegan por detrás, los tienes que oír, saber si han enganchado a alguien, observar sus gestos, prever qué harán… Es muy difícil aprender todo esto, yo sigo aprendiendo cada vez que corro.

«Confié demasiado en los demás corredores,

creí que todos estaban ocupándose de que el toro volviera a la manada,

pero me equivoqué»

Este año te pilló el toro. ¿Te perdiste algún detalle?

En parte, una de las razones por las que me pilló el toro es porque confié demasiado en los demás corredores, confié en que todo el mundo estaba en lo mismo, ocupándonos del toro que andaba suelto de la manada para conducirlo hacia el callejón, pero me equivoqué. Había gente que no se movía, que se quedó quieta. Aprendí que no puedes confiar, lo mismo que en la calle.

Primera parte (de tres). Leer segunda parte.

Letras de Itxaso Recondo y fotografía de Mikel Ciáurriz.

Jason Gilbert Sunrise7 Yahoo!7

Jason Gilbert se recupera en Australia de las heridas de Olivito

El australiano Jason Gilbert se recupera favorablemente en su casa de Adelaida de las heridas que le provocó Olivito en el último encierro de Sanfermin de 2014. Así lo hemos podido comprobar gracias a la entrevista en exclusiva que le realizaron ayer por la mañana Samantha Armytage y David Koch en el programa Sunrise 7 de Yahoo!7 Televisión Australia. Gilbert ha señalado que escuchó un ruido muy fuerte, que todo pasó muy rápido y que solo pretendía escapar. «Cuando el toro me golpeó fue una situación terrorífica. Todo pasó muy rápido, en cuatro segundos. Y me siento muy afortunado de no haber perdido la vida», señaló Jason Gilbert que además dijo que se ha sentido muy arropado en las tres semanas que pasó en el hospital en Pamplona, tanto por la gente local, como por las autoridades australianas. En la entrevista también aparece su madre que relata la tensión con la que vivió todo el proceso y lo afortunada que se siente de ver a su hijo de nuevo en casa. Para despedir la entrevista, la mascota del programa (The Cash Cow) le regaló unos abrazos.

Jason Gilbert vive en la granja paterna y el reportaje de Sunrise 7 señala que ahora ve de otra manera al toro semental que vive con ellos. Dejó claro que no quiere tentar a la suerte y que no correrá otra vez los encierros de Sanfermin. Gilbert enseñó las heridas de las cinco cornadas que recibió y se puede certificar a simple vista el avance de la recuperación un mes después del suceso.

En el video de Sanfermin.com podemos apreciar los detalles de la cogida de Jason Gilbert y de la fortuna que tuvo de no resultar herido de más gravedad. Puedes ver aquí también las espectaculares fotos de Iñaki Vergara, Javier Campos y Juantxo Erce con la secuencia de los hechos.

cornada día 14 julio

Dado de alta el último herido en los encierros

El australiano de 26 años, J.G., corneado en el encierro de Miura del día 14 de julio ya ha sido dado de alta por el Complejo Hospitalario de Navarra, según el parte emitido hoy a las 13.00 horas.

El corredor, que fue ingresado con tres heridas por asta de toro en tórax, abdomen y muslo izquierdo, ha salido del hospital tras 18 días ingresado. J.G. es el último herido dado de alta de los 43 ingresados durante los encierros 2014.

Para ver todas las imágenes de las cornadas de J.G., pincha aquí.