El toro colorado de la ganadería de Fuente Ymbro bajó hacia el callejón acompañadísimo. Producto de la velocidad de la carrera, varios jóvenes se vieron situados a ambos lados del animal, y, fuera por no perder el equilibrio o por no quedar rezagados, llegaron a agarrarse entre ellos y al propio toro, que, afortunadamente, no prestó atención y siguió su camino hacia la plaza sin más contratiempos.
Cabe recordar que la normativa del ayuntamiento prohíbe expresamente tocar a los animales.
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